07 junio 2010

Clarity


Antes emitía una luz brillante e intermitente que se apagaba bruscamente cuando alguien le daba al interruptor. Quizá estaba a merced de la necesidad de luz u oscuridad de otras personas. Así que me apagaba con la caída de la clavija y sentía euforia cuando alguien la levantaba de nuevo.
Ahora llevo siempre una linterna a media luz, que me guía y que me enfoca donde lo necesito en cada momento. Soy yo quien la enciende y apago a mi antojo.


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